TCHOUKBALL: LA VIGENCIA DEL AMATEURISMO
El tchoukball, pronunciado como “chukbol”, nació formalmente en Suiza en 1971. Básicamente, es un juego que reúne características del vóley, handball y pelota vasca. Es uno de los deportes que aún mantienen el espíritu amateur, perdido por la mayoría de los deportes populares.
En un mundo deportivo mayormente capitalista y profesionalizado, es muy importante saber que aún existen deportes con la esencia del amateurismo. Ésta esencia se basa en la autogestión, en la transmisión de valores a chicos y chicas y en el cumplimiento de normas éticas aplicadas en la vida.
Todos los deportes ahora populares y profesionales fueron en algún momento amateurs, pero diferentes necesidades o motivos llevaron a cada uno de ellos a dar una vuelta de timón. Los deportes con vigencia amateur, además, poseen la particularidad de que los que los practican conocen al deporte de forma alternativa a los medios de comunicación, ya que no son actividades difundidas. De hecho, al tchoukball, 7 de cada 10 jugadores lo conocieron de forma oral y 6 de cada 10 sigue jugando por la alta transmisión de normas éticas.
Si reúnen dichos requisitos deportes como el ultímate (nacido en Estados Unidos en los 60´s, sin árbitros en la cancha, con los jugadores haciendo cumplir las reglas) y el tchoukball.
Este deporte es regido por la FITB (Federación Internacional de Tchoukball), fundada en 1971 y que tuvo su sede en Ginebra, Suiza y actualmente está en Kaohsiung, Taiwán. Su presidente es justamente un taiwanés, Chris Huang. Pese a los problemas financieros, ha logrado difusión en 35 países distintos y apoya a la implementación del deporte en nuevas áreas.
La selección argentina compite a nivel sudamericano tanto masculino como femenino desde 2006, cuando Concordia fue sede del primer torneo continental de tchoukball. En dicha competencia, vinieron clubes de Brasil (de Rio de Janeiro, Pato Branco y San Pablo). Nuevamente en Concordia, en 2008, fue el segundo sudamericano, seguido por el de San Pablo en 2010. Luego hubo dos panamericanos (Atlántida, Uruguay, 2012 y Chía, Colombia, en 2014), con la característica fundamental de que en Uruguay hubo seleccionados mixtos sub-12, sub-15 y sub-18, además de los masculinos mayores.
¿Qué es y cómo se juega el tchoukball?
Un biólogo suizo, llamado Hermann Brandt, tenía el objetivo de desarrollar un deporte colectivo en donde no haya heridas graves como suelen ocurrir en otros deportes. Así nació el tchoukball. Esa finalidad y todos los valores que transmite (solidaridad, cooperación, respeto, juego limpio) llevaron a su calificación de “Deporte de la paz”.
Este pacífico deporte se juega sobre una cancha de 32 metros de largo por 16 de ancho y con una pelota similar a la de handball. En cada extremo hay un “arco” parecido a un trampolín, donde la pelota debe rebotar, que mide un metro cuadrado y un semicírculo en forma de D de 3 metros desde el arco en todas las direcciones. Cada equipo puede marcar goles en cada uno de los trampolines. Son doce jugadores, de los cuales nueve, siete o cinco (según el torneo y el sexo) pueden estar dentro de la cancha en cualquier momento.
¿Cómo se hace una anotación? Sencillo, para que eso ocurra la pelota debe ser lanzada por un jugador atacante, rebotar en el “arco” y picar en la cancha fuera del área en forma de D sin ser capturado por el equipo defensor. El equipo defensor también pueden anotar un punto a través del ataque rival: si la pelota toca el suelo fuera de la cancha.
Además, el contacto físico está prohibido y los defensores no pueden intentar interceptar el pase del equipo atacante. Los jugadores pueden tomar tres pasos con el balón, mantenerlo durante un máximo de tres segundos, y los equipos no pueden pasarlo más de tres veces antes de disparar al arco.
LA ATBA, ORGANIZACIÓN, FINALIDADES Y SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
Silvia Ghiorzo nació en Gualeguaychú, Entre Ríos el 7 de noviembre de 1964. Es la esposa de Miguel Pérez, difusor del tchoukball en Argentina, y preside la Asociación de Tchoukball Argentino (ATBA) desde este año. Como profesional, es abogada y además ocupa distintos puestos de trabajo relacionados a éste deporte. ¿Quién mejor para explicar la estructura organizativa de una asociación que su presidente?.
“La ATBA está conformada por un presidente, un vicepresidente, secretario y prosecretario, tesorero y protesorero, cuatro vocales titulares y cuatro suplente, dos fiscalizadores de cuenta titulares y dos suplentes. Cada uno tiene expresadas en el estatuto sus funciones”. Con respecto a las finalidades que la asociación persigue, Ghiorzo nos cuenta que el objetivo principal es la promoción, difusión, capacitación, práctica y enseñanza de tchoukball en la región y a nivel nacional. Es una entidad sin fines de lucro.
Ella también ha presentado un borrador de códigos de ética en los que se valora la filosofía ética y las conductas normativas legales, tanto las honestidades como deshonestidades del deporte y se ha puesto a consideración del Comité Ejecutivo, del cual ella es integrante. Eso se debe a que se tiene que estructurar la aplicación de dichas normas con personas capacitadas para hacerlo. Es importante destacar lo de FILOSOFÍA ÉTICA, ya que el tchoukball apunta a los valores de: paz, integración, cooperación, inclusión, igualdad y, sobre todo, juego limpio. Se destacarán las buenas conductas y juego limpio, tanto entre jugadores, como con públicos, jugadores y árbitros. El objetivo es una universalización de la aplicación de códigos de conducta y valores.
Lo último que hay que destacar es que el tchoukball realiza integralmente a la salud y a la mente; da la oportunidad de relacionarse socialmente con gente de otros países que hablan otros idiomas; permite bajar el nivel de violencia, de hecho está comprobado que reduce el nivel de actos violentos en los chicos. Para cerrar esta introducción, remito a una frase de Silvia Ghiorzo: “queremos generar una conciencia social y de paz, no es solo un discurso, es lo que queremos, la inclusión para el que no piensa igual o al que no tiene las mismas habilidades. El deporte es un derecho que tenemos todos”.
Silvia Ghiorzo, pasión ilimitada con el tchoukball.
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